La calle/plaza de San Juan de la Palma surge de la confluencia de Regina, Viriato y Feria a la de Espíritu Santo, Dueñas, Gerona y Sor Ángela de la Cruz. A fines del siglo XV es conocida como la Herrería o Herreros, probablemente por estar establecidos allí artesanos del hierro.
El nombre actual lo debe, ya desde el siglo XVI, a la vecina parroquia de San Juan Bautista, aunque el apelativo de la Palma lo adoptó a partir de una curiosa historia popular (Hay que aclarar que el lugar que hoy ocupa la plaza constituía el antiguo cementerio de la Parroquia). Ortíz de Zuñiga nos cuenta en sus anales la leyenda que hay detrás de esta denominación popular: “En años pasados, cuando hubo en Sevilla muchos herejes, predicó en esta Iglesia un fraile de San Francisco, el cual dijo que nadie delinquiere contra la fe, porque las paredes tenían ojos y oídos.
La noche siguiente, en punto de las doce, un hereje que oyó este sermón , haciendo burla de lo que el predicador había dicho, se llegó a la palma situada en el centro del antiguo cementerio de la Parroquia (hoy plaza de San Juan de la Palma) , y le dijo: Palma, la Madre de Dios no quedó Virgen después del parto. Al día siguiente se presentó en el tribunal de la Inquisición un anciano que denunció al hereje, el cual hereje prendieron los señores inquisidores y le tomaron su confesión pero éste negó. Mandó la inquisición registrar la casa del denunciante para encontrar pruebas de su herejía y dieron allí con un joven que era nieto de éste.
Por las descripciones el joven les dijo que se trataba de su abuelo, pero que éste llevaba muerto 80 años, y que estaba sepultado al pie de la palma del cementerio de San Juan. Volvieron a detener al hereje y le contaron el milagro de Dios, que había permitido que se levantara un muerto para castigar su pecado”
La plaza tiene forma triangular, mas estrecha en su arranque y muy ancha en su parte central. Aunque aparezca numerada como calle, tiene todas las características de una plaza sevillana; rinconada, pavimento de losas, bancos y algunos árboles.
Abundan en la zona casas de carácter tradicional de dos y tres plantas, de principios de siglo, a las que se suman construcciones recientes que disuenan claramente con el estilo dominante. Aunque la función dominante de este espacio sea la residencial, no podemos olvidar la animación comercial de la calle Regina y la calle Feria. Como tampoco podemos olvidar la cercanía al mercado de la Encarnación, o el propio mercadillo del “jueves”, que comenzaba en San Juan de la Palma y continuaba a lo largo de la calle Feria. Esta animación debió de ser en tiempos pasados mas intensa de lo que lo es hoy.
También ha contribuido tradicionalmente a la animación de este espacio urbano la velada de San Juan y San Pedro, que se celebraba entre los días 24 y 29 de Junio. Desde el siglo XVIII se instalaba en la Alameda de Hércules y posteriormente, ya en el siglo XX, en la misma Plaza de San Juan de la Palma.
Por último, cabe señalar la forma en que la describe en 1923 el escritor José María Tassara en la obra Gil García:
“Celebrábase en San Juan de la Palma la velada del Santo precursor, era no un remedo sino una síntesis de nuestra nunca bien ponderada Feria de Abril.
Allí la caseta en que descansar y recibir el obsequio de la manzanilla, allí como representando a los puestos de juguetes y bisutería, la tómbola, presidida por un monumental plato de cerámica con la adorada efigie de Nuestra Señora de la Amargura, allí, en nombre de la clase, una vieja buñolera no daba paz a la dúctil masa ni tregua al hirviente líquido, allí David el turronero, Cañizo el de los fuegos artificiales, el tablado para la banda municipal; los mismos farolillos...¡la Feria, en suma, que quería retoñar!”.
GRUPO 21 FUNDAMENTOS DEL HABITAR
FERNANDO AGUILERA EGUINO
FRANCISCO RAMOS DÁVILA
CARLOS SÁNCHEZ DÍEZ
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