A lo largo de la historia, la "plaza de la Encarnación" ha experimentado diversas transformaciones.
Anteriormente, la zona era conocida como "Barrio de Murillo" en nombre del celebre guerrero Aznar Murillo, para pasar posteriormente a llamarse barrio de D. Pedro Ponce.
A lo largo del siglo XVI se instalan en torno a la plaza una serie de instituciones religiosas. Al norte, en la "plaza Regina" (1580) nos encontramos con la construcción en el 1521 del "Convento y colegio Regina Angelorum". Al sur, la "plaza de Don Pedro Ponce" albergara la construcción de la "Casa profesa de la Compañía de Jesus", 1565-1579; de estilo renacentista, llevada a cabo por Bartolomé de Bustamante y el arquitecto Hernán Ruiz II.
Mas tarde, en torno al 1591, D. Juan de la Barrera funda el Convento de la Encarnación. Situado delante de la plaza de la Encarnación.
Hasta 1720 la plaza permanecia desempedrada para favorecer así el manejo de los caballos en el arte de la gineta y picar toros entre otras cosas.
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1771 |
El plano de 1771 de Pablo de Olavide nos muestra una plaza de reducidas dimensiones. Por lo que Jose I Bonaparte propone el derribo, en 1811, de la calle Cabeza de Perro, calle del Correo y calle del Aire; con el fin de construir un mercado central.
En 1820, Plaza de Abastos de Madera hasta 1833. Supuso el traslado de los oficios tradicionales como las panaderías de la plaza del Pan, las carnicerías y verduras de la plaza de la Alfalfa; y las fruterías de la plaza del Salvador…
En 1833 empezó su sustitución por uno de fábrica que se terminó de construir en 1837. La descripción del mercado que hace Álvarez Benavides la recoge Romualdo de Gelo, “El punto medio de este mercado está marcado por una rotonda que contiene en su centro una gran fuente de mármol, surtida de aguas procedentes del acueducto de Carmona, cuya fuente es la misma que en 1720 se construyó y colocó en la plazoleta situada frente a la derruida iglesia del convento de la Encarnación. Esta fuente, en el año 1860, disfrutaba de dos pajas y media de agua”.
Durante el siglo XIX se realizaran procesos de alineación y definición de los bordes de la plaza, así como la del pavimento y acerados. Consecutivamente, a finales de dicho siglo, se plantean propuestas de apertura de grandes ejes en el casco histórico allá por el 1948, con el fin de comunicar la antigua Puerta Osario y La Campana mediante las calles Laraña e Imagen.
Esto supondrá el derribo del "mercado" en 1973 para modernizarlo unilateralmente.
"La plaza constituye un importante nudo de comunicación en el tráfico interno del casco antiguo"
Hasta el momento de reurbanización de la plaza para convertirla en el espacio público que conocemos hoy día, esta tuvo la función de servir como zona de aparcamiento durante unos años.
En el año 2004 el ayuntamiento convoca un concurso internacional para intentar resolver el problema que arrastraba este espacio. Resulta ganadora la propuesta “Metropol Parasol” del arquitecto Jürgen Mayer.
Francisco Javier Romero Milla
Manon Deneef