Esta zona,
englobada ya en el recinto romano del 50 a.C., se sitúa adosada al tramo más
al norte del Cardo Máximo, que debía discurrir aproximadamente por la calle
Alhóndiga. Tanto la plaza como su entorno próximo debieron albergar actividades
mercantiles ligadas a la producción agrícola de los terrenos al norte de la
ciudad. Baste recordar en este sentido la
persistencia de la denominación de la calle Alhóndiga, o el nombre en el siglo
XIII de la propia plaza. Existen datos que confirman que en el siglo XVI la
plaza albergaba el mercado de hierba y paja seca.
En el siglo XIV se
construye el primitivo Convento de San Leandro, en esta plaza, que es objeto
de posteriores transformaciones que concluyen con las del siglo XVIII. El otro
edificio singular que presidió la plaza fue el Hospital del Cardenal, fundado
por el Cardenal Cervantes, que luego fue Asilo Provincial y finalmente Hospicio
desde 1846 hasta su derribo en 1950.
En el plano de 1771 se
representa en el centro de la plaza la cruz, símbolo funerario, mientras que a
finales del XIX se representa la plaza con el habitual arbolado en disposición
elíptica.
Ya en nuestro siglo se
lleva a cabo la apertura de la calle Francisco Carrión Mejías, que comunica la
plaza con Santa Catalina. En el plano de 1950 aparecen ya segregadas las
circulaciones peatonal y rodada, tal como ha llegado hasta nosotros. Actualmente
la plaza se caracteriza por el gran laurel de Indias y la fuente denominada Pila
del Pato, que fue trasladada tras un largo peregrinaje por diversos espacios de
la ciudad; concretamente desde finales del XIX ha pasado por la Alameda, el
Prado, la plaza de las Mercedarias y finalmente San Leandro.
Fernando Díaz
Nicolás Garrido
No hay comentarios:
Publicar un comentario