Muchos sevillanos pasean por sus calles para contemplar como se adornan las calles (altares, fachadas, escaparates…) en esta tradición que arranca en la Baja Edad Media, es la fiesta que se dedica al Cuerpo y la Sangre de Jesús, en su representación por medio del pan y el vino, celebrada en todo su esplendor 60 días después del Domingo de Resurrección, coincidiendo siempre en jueves.
Sus orígenes parten en 1246, en Bélgica. Una visión de la Luna Llena con una mancha negra llegó a la conclusión que la mancha negra era la falta de una fiesta dedicada al Sacramento Eucarístico, estableciéndose la misma.”
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