30.9.13

Arquitectura-Psicología "Espacio e Individuo"

Buenas noches "Habita-adictos":

 Os dejo aquí el enlace de un artículo <Arquitectura-Psicología "Espacio e Individuo"> que nos puede ayudar a tener en cuenta la conducta psicológica social a la hora de habitar los espacios mediante "vivir o mal vivir"  con respecto a la finalidad para y por la que fueron, son o serán concebidos.

Podremos apreciar conceptos que llaman a tener en cuenta el valor continuo y cambiante de la interacción "espacio-individuo" en función de las escalas, las distancias, las sensaciones, el ambiente. El efecto que puede provocar el mal acondicionamiento de dichos espacios.

Porque, ¿que es el espacio sino un contenedor de sensaciones, de circunstancias, de objetivos, de factores negativos a eludir, de límites a superar, etc? 

Por lo que, en mi consideración, debemos concebir arquitectura comprendiendo que va a producirse una interacción psicológica con el individuo que se va a plasmar en una sinapsis, que finalizará en la acción directa de habitar el entorno, el espacio, la calle. El grado de aceptación de esta solo se consigue si la conformamos teniendo en cuenta sus necesidades.

"Debemos comprender las necesidades de aquello que vamos a introducir en el vacío de la vasija de la cual habla Lao-Tsé".

Para nada me considero un experto en el tema, pero espero que la gente comente y aporte su opinión, que siempre es de agradecer.Puede que algo se me escape o no lo haya comprendido bien, así que lo dejo en vuestras manos. Seguro que así podemos seguir aprendiendo juntos sobre lo que realmente consiste el habitar como reflexión de la realidad arquitectónica y como principio proyectual.



- Francisco Javier Romero Milla -


Ponce de León - La Plaza de Estar



La Plaza Ponce de León es uno de los puntos de conexión de transporte público más concurridos del casco histórico de Sevilla. Centenares de personas pasan y hacen uso de esta plaza. Sobre todo, esperan. Esperan de pie, y esperan sentados, en algunas de las paradas de autobuses, en los grandes maceteros, o incluso en los bordillos de las aceras. Mientras, los “andenes” acerados se encuentran prácticamente desprovistos de asientos, convirtiendo la plaza en un apeadero más que ignora su particular entorno y a sus usuarios.

La Iglesia de Santa Catalina, referente arquitectónico de este enclave, queda escondida, los pequeños negocios tapados por hasta 4 filas de autobuses, la gente anda rápido, y espera impaciente.

Esta plaza se plantea como un espacio de enorme potencial, tanto por su situación como por la función que desempeña dentro de la ciudad, por lo que se hace necesaria una revisión crítica del mismo. Quizás más mobiliario urbano, quizás más acerado, o una reestructuración de las paradas, podría convertir esta plaza de espera en una plaza de estar.

Carlos Sánchez Martín
Manuel Valdés Martínez